Independientemente del tamaño o la forma -ya sea una olla, una sartén, un cuenco o una taza-, las vajillas de cobre siempre están hechas a mano y cada pieza es única. Así que ya tiene un valor muy especial. ¿A quién no le gusta tener en su casa piezas únicas que ya no están disponibles?

El precio de los productos de cobre se debe, por un lado, a que el oficio ya no es dominado por demasiados artesanos y, por otro, a que es un oficio en vías de desaparición. El precio de la materia prima es seis veces superior al del aluminio, por ejemplo: cuesta unos 6.600 euros la tonelada. Al mismo tiempo, el precio no permanece constante en absoluto, sino que cambia constantemente y reacciona a los cambios inflacionarios. Así que, como muchos otros productos y materiales, los precios suben con el curso de la oferta y la demanda.

Como el cobre también se utiliza ampliamente en dispositivos electrónicos como teléfonos móviles, ordenadores o coches, depende totalmente de la producción y la demanda de estos productos. Por esta razón, el cobre se conoce en economía como el "metal con doctorado", ya que se considera un indicador de la productividad de un área económica.

Dado que el cobre se extrae de la corteza terrestre y, por tanto, no está disponible de forma infinita, su importancia es cada vez mayor. El tema del reciclaje del cobre ya tiene una prioridad bastante alta en Alemania. En este caso, más del 50% de la demanda anual de cobre se compone ya de material reciclado. Por tanto, el cobre se considera un recurso sostenible, ya que el material puro puede reciclarse tantas veces como se desee.

El cobre no sólo es sostenible, sino también duradero. Precisamente por estas razones, también lo encontrará como núcleo de cobre en nuestras ollas y sartenes. Si las ollas y sartenes de cobre se cuidan bien, son muy duraderas y le acompañarán durante mucho tiempo.